Bueno… llego el momento de emprender viaje hacia Alemania. Para llegar a Münich tuvimos que volver a Verona para tomar el tren nocturno que incluye un par de hermosas despertadas en alemán para pedir pasaportes (concretamente tres veces). Una vez ahí nos preguntamos ¿a que vinimos a Alemania? Respuesta: a comer salchicha y a tomar cerveza! Que mejor lugar para eso que el Parque Ingles, un plaza enorme que hasta incluye un área nudista.
La gente muy muy correcta y servicial, a excepción de la apurada de un mini skinhead a Nacho en un bar.
Se acercaba el momento de ir a buscar a la Gorda a Hamburgo, así que decidimos ir derecho hacia allá. Tomando otra vez el tren más barato, en esta oportunidad cincos trasbordos! Eso sí, todos muy puntuales. El único inconveniente fue que le habíamos avisado al tipo del hostel que llegábamos a las 20 y llegamos a las 12 de la noche. Después de insistir con el timbre logramos despertar al encargado, que nos recibió con unas hermosas puteadas: schaize! Schaize!
La gran decepción vino al día siguiente cuando nos dijeron que la Kombi se iba a demorar unos días más. No quedo otra que aprovechar y recorrer Hamburgo, especialmente la zona roja donde estuvimos alojados. También nos fuimos por unos días a la tranquila ciudad de Lübeck con su castillo “inflable”. Vuelta a Hamburgo y con tiempo para ir a ver un partido del Saint Pauli (con cerveza gratis!!!) y seguir esperando el gran día.
Ya 26 de Marzo; AL FIN LLEGOOOO. Fuimos temprano al puerto, y nos demoro casi todo el día sacar la Kombi. Después de una larga espera para revisarla, nos dieron el visto bueno y el Ok para irnos, pero al querer salir de la zona portuaria un ZOLL (la poli a los 10 km) nos rebotó los papeles diciendo que no estaban en orden, así que vuelta otra vez pa´tras. Después de explicarles a los administrativos portuarios que sellos hacían falta (no tenían ni idea) logramos salir y pasar nuestra primera noche en la gorda frente a una plaza en Hamburgo entre conejos revoloteando alrededor.
Rumbeando para Luxemburgo, antes hicimos una parada en Bremen. En la ruta nos putearon bastante los camioneros de toda la Comunidad Europea por nuestra “excesiva” velocidad. También en esta pintoresca ciudad de fábula tuvimos nuestro primer inconveniente automovilístico, en este caso eléctrico (nos quedamos sin luces internas y sin funcionar la bomba del agua), pero afortunadamente con un trabajo en equipo entre los dos lo solucionamos, así que a la rutaaa!
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