viernes, 7 de diciembre de 2012

¡aquí estamos!

Ya les habíamos avisado en la última publicación que tendrían más novedades, y como lo prometido es deuda y ¡aquí estamos!

Eslovenia
 Con una vista diferente desde el barco arribamos a Venecia.

 

  


No nos detuvimos y le dimos derechito nomás hasta Eslovenia. Un país muy verde y prolijito con una hermosa capital: Ljubljiana, quizás la más linda de los países de la ex Yugoslavia. Eso sí, no llegamos solos, el frío también dijo presente junto con la lluvia y al segundo día ya estábamos desempolvando las camperas.

 





Unos chequeos de rutina a la Gorda y seguir hasta Bled, pueblo a la orilla de un lago, con una isla en el medio que tiene una iglesia y un castillo que lo observa todo desde arriba ¡que tul!
El clima no nos permitió bañarnos pero a fuerza de remo lo pudimos recorrer.


 

  



 
























Austria
Si a uno le parecía de punta en blanco Eslovenia, llegar a Austria ya es demasiado; todo parece una maquetita, con sus casitas, sus campos verdecitos y las vaquitas impecables que parecieran que no se manchan ni para hacer caca!!

El primer destino en suelo austriaco: Salzburgo, al que llegamos con un frío bárbaro, pero el barman del bolichín de turno se encargó de disipar calentándonos los oídos pasando temas musicales de Argentina ¡que tierno!
La ciudad un lujo! Con sus edificios antiguos recostados sobre las laderas de piedra.

 

 





 



acá filmaron parte de la Novicia Rebelde






Como mejoró un poco el clima nos jugamos nuestras últimas fichas al camping. Elegimos el lago Antersee, uno de los lugares preferidos de Gustav Klimt. Acá también las reglas y orden austríaco fueron a raja tabla, ya que cuando le dijimos al encargado del camping que queríamos salir a las 7 de la mañana se negó rotundamente “la barrera se abre a las 8 h. y antes de esa hora no se puede hacer ruido”, ya empezamos con los países estructurados.



Llego el turno de Viena y la impresionante arquitectura, todo a gran escala, uno se siente como en una película caminando entre sus calles, iglesias, paseos junto al río y blancos caballos moviéndose al compás de música clásica; junto a esto nuestra primer multa que pagaremos la próxima visita.
 






degustación de torta

 


















Antes de partir de este país una pasadita por Tulln, lugar de nacimiento del artista favorito de Patri: Egon Schiele y donde disfrutamos desayunar sobre el Danubio.









Eslovaquia
Lo bueno es que a esta altura de Europa Central las distancias no son muy largas y la Gorda también agradece descansar (que bien merecido se lo tiene carajo!!).


Pegadito a la frontera con  Austria desembarcamos primero en Bratislava, otra capital pintoresca con un interesante centro histórico bien mantenido y sin tanto turista.

 

 



 




Hungría

 
 

 
Uno de los puntos más altos de esta zona de Europa es sin duda Hungría. Grandes extensiones de campos, un lago que parece mar, pimientos colgando de las ventanas, casitas de piedra y madera en pueblos perdidos en el bosque, un montón de belleza, agregado a esto Budapest que también lo tiene todo: su parte vieja, sus hermosos puentes sobre el Danubio (según opina Patri los más lindos de Europa), barrios donde se puede caminar por horas, historia en cada rincón, el gueto, el museo del  terror (muy recomendable), los lujosos baños termales en edificios barrocos, buena gastronomía, las hermosas vistas de Pest desde la citadela en Buda… en fin, no dan ganas de irse.



esta vez le toco a nacho ponerse a tono para entrar a una sinagoga

















Pero a los dos días nuestra última parada húngara fue Hollöko, donde Nacho no tuvo mejor idea que chocar el auto de un gitano (fue un raspón no más, pero por si las moscas sigamos viaje).








Eslovaquia 2
Por esas rutas que dan ganas de parar en cada curva, entre bosques y villas rurales, entramos de nuevo a Eslovaquia y paramos en la zona del cordón montañoso de los Altos Tatras. Como los campings ya están cerrados a esta altura del año los hoteles bajaron sus precios (hace 4 días que empezó el otoño) y nosotros aprovechamos la oferta, disfrutando los paisajes entre los contingentes de jubilados que de bajos precios la tienen lunga.

 















Polonia
A pasitos nomás, del otro lado de los Tatras está Polonia, así que hacia allá enderezamos la nave. Llegamos a Cracovia una de las más lindas ciudades de Polonia. Acá nos decidimos y compramos el paraguas. Recorriendo un poco la ciudad y sus alrededores llegamos hasta la vieja fábrica de Schindler (hoy museo).
Iglesia Sta. María

 

 
museo Schindler

 
 

 








En Polonia la historia está fresca, así que siguiendo esas huellas históricas llegamos a Auschwitz. Los rastros de la 2ª guerra mundial están presentes en muchos países de Europa Central y muy bien ejemplificados  y explicados en excelentes museos, pero cuando uno llega a Auschwitz y recorre sus dos campos de concentración y exterminio no puede uno más que transportarse e imaginar el sufrimiento de tanta gente… simplemente no hay palabras para describirlo.

campo de concentración
gas mortífero


Auschwitz-Birkenau













República Checa

Tratando de digerir la visita a Auschwitz rumbeamos hacia la República Checa; ya medio de noche llegamos a Olomouc, donde no sabemos que estaban festejando, pero  nos vino de diez los puestos de comida y cerveza en la plaza central. Lo que no nos vino tan bien fueron los dos borrachines que se les ocurrió zarandear a la Gorga a la madrugada cuando estábamos durmiendo plácidamente en frente de la iglesia, ¡nosotros calladitos adentro!

 



Ahora a conocer la que dicen es una de las ciudades más lindas de Europa: Praga; efectivamente los es y nos hizo quedar un par de días descubriendo sus bellezas; eso sí, infestado de turistas. Afortunadamente siempre se encuentra algún lugarcito  donde poder estar solo para disfrutar de sus noches y su variedad de excelentes y baratas cervezas  junto al río y masticando algún jamoncito de Praga.
museo AMOYA

 







puente Carlos




David Cerný - bebés


comprando una delicia típica

sandwich y tomando Kofola















En Checa también disfrutamos desayunar y almorzar al costado de la ruta, en sus apacibles campos, en lo que serían los últimos días soleados.

 














Alemania 2
Otra vez en tierra teutona y en nuestro camino a Berlín, paramos a ver un poco de Dresden que pese de haber sido muy golpeada por los bombardeos conserva algunas de las construcciones más antiguas del país.
 
 

 
mural: Fürstenzug



Berlín - Muchas expectativas teníamos por conocer a la capital alemana y ver que tenía para ofrecernos ¡es inabarcable! Una mezcla tan interesante de historia con lo actual muy bien conjugados, algo para todos los gustos, así pasamos nuestros días saltando de edificios super modernos a restos del muro, vuelta a algún parque con algún tinte soviético, líneas de trenes con raros personajes, noches en bares de animados barrios, museos de vanguardia, reiteradas pasadas por la Puerta de Brandemburgo, obviamente matizado con buenas cervezas y salchichas con curry. Estando acá se vino una ola de frío que nos obligó a sacar la 2 cobija para dormir!

donde estuve el bunker de Hitler



memorial del Holocausto


 
 

  


 
 

Parlamento
 
 

cúpula del Parlamento

   





East side Gallery
 
 

puerta de Brandenburg



Polonia 2
Vuelta a Polonia para seguir viaje hacia… a donde vamos? Ya ni nosotros nos acordamos. En fin  llegamos en esta oportunidad a su capital: Varsovia.
Nos agradó más de lo que esperábamos. Reacomodada para la Eurocopa de este año luce el centro histórico, algunos otros barrios interesantes y con buenos proyectos para incorporarlos al resto de la ciudad.
 
 

 
 


 
 

  
 
Como teníamos un gran trecho todavía hasta la frontera con Rusia hicimos un alto para dormir en una extraña estación de servicio, entre algunos tanques de guerra y trabajadoras de la noche que con un frío cortante, sin embargo, andaban de ligeras ropas.


Rusia 2
Aquí vamos de nuevo hacia Rusia, esta vez para atravesar un pedazo bastante chico que mantiene en esta zona de Europa. Dicen que es la parte más europeizada de Rusia, pero esa idea rápidamente se desvanece al entrar a Kaliningrado y su caótico tránsito, calles estropeadas y monoblocks. La idea era simplemente atravesar esta “pequeña Rusia” para seguir a Lituania, pero nos detuvimos por una noche a ver que tenía esta ciudad.

 
 



Lituania
Rápidamente salimos de Kaliningrado para ir hacia el primero de los países bálticos. Ya se nota un cambio en las construcciones con respecto a los rusos y también nos recibe una gran ola de frío. Mientras manejamos por sus rutas empezamos a descubrir los colores: campos verdes, ocres otoñales y lo que nosotros bautizamos como “gris báltico” por su cielo constantemente nublado, todo  esto si no llueve combina muy bien.
 
 

Trakai

El primer poblado: Trakai, ubicado en el medio de un lago con su castillo de ladrillos y sus aguas espejadas.
A pasitos la capital de Lituania, Vilnius, más bonita de lo que esperábamos y como en toda esta zona con los recuerdos de las ocupaciones  alemanas y soviéticas a cuestas. También su barrio más bohemio autoproclamado una república.


 
 

 
  

  














Bielorrusia
En Berlín habíamos aprovechado para sacar la visa de 48hs. que nos daban para entrar; en Lituania nos preguntaban ¿a  que van?, buena suerte por allá, tengan cuidado, etc., pero para hacer honor al nombre de MALRUTEADOS  decidimos ir igual.
Cruzar la frontera ya era gran cosa, del lado lituano una cola de horas, y del lado bielorruso faltaba que te pidan la primer orina de la mañana nomás: visa, seguro del auto, seguro medico, etc.
 
Ya bien entrada la noche logramos pasar y dormir en la ruta. Entre bosques y pueblos bastante humildes llegamos a Minsk. ¿Qué había ahí? Grandes avenidas, grandes edificios cuadradotes  y la infaltable parafernalia soviética, una mini Rusia por llamarla de algún modo.
 
 

 
 
Ahora a salir antes de que expire la visa.
Una particularidad, la guarda que tienen todas las casas y la bandera, como la guarda pampa… pero bielorrusa.



Letonia
Nuevamente demoras en la frontera letona; no sabemos por qué, pero los países bálticos son bastante burocráticos y poco expeditivos; luego de un par de horas estar parados se vino la averiguación de antecedentes, llevaron a Nacho a una oficina para interrogarlo sobre nuestro viaje. Convencidos nos dejaron seguir. Ya dentro del país el paisaje es reconfortante.
La capital Riga la más linda del noreste europeo; centro histórico cuidadito, algo de arquitectura art-nouveau y amable gente.


















No muy lejos de ahí y en el medio del bosque paramos en Sigulda. Paseos por el bosque, castillo y algún encuentro con ciervos entre las nebulosas tardes letonas.
 
 

 















Estonia
Luego de nuestra primera parada sobre el mar báltico para un almuerzo con salmón ahumado, llegamos a Estonia.
Casi sin darnos cuenta estábamos en Tallin, la capital; en este caso nos encontramos con una ciudad más moderna que Letonia y Lituania, aunque también conserva muy bien la parte vieja.
 
 

 
 



 

 

Ya por esta época se hace difícil disfrutar fuera de las ciudades por el frío y la lluvia (que esta última viene bien a la hora de dormir, así Nacho puede roncar tranquilamente sin que nadie lo escuche, salvo Patri que no le queda otra), pero como nos habíamos quedado muy contentos con las lindas costas bálticas nos fuimos hasta el parque nacional Lahema; obviamente no da para el baño, pero caminar por el bosque que llega hasta casi la orilla reconforta de todas maneras.
 
 






Rusia 3
¡Otra vez sopa! Esta vez con un objetivo importante: San Petersburgo, supuestamente la ciudad más linda de la ya, a esta altura, querida Rusia. Pero para estar ahí hay que salir de Estonia, y para eso, como buen país báltico hay que fumarse como 4 horas de espera; eso sí, como la frontera está en la ciudad te mandan a esperar en un parking que debes pagar ¡negocio redondo para el gobierno! Bien ahí!
Del lado ruso, como siempre, algún oficial (que para la temporada otoño/invierno lucen el típico gorrito de peluche) amablemente te indica el camino hacia el PASSSPPPORRRRRRT CONTRRROL; hay que llenar un par de formularios, pero son mucho más prácticos que la mayoría de los países de la Comunidad.
Luego del pernocte en la ruta y aprovechar la super re-archi barata nafta (bien vendría llevarse unos litros para Argentina) arribamos a San Peter, bue… es un decir porque dimos varias vueltas hasta lograr aparcar. Ya bien estacionados y con un frío del carajo empezamos a patear la ciudad ¡espectacular! Y todo el esplendor de los zares en sus edificios sobre los canales, sus impresionantes iglesias y el inabarcable museo Hermitage.
Además de caminar los hermosos parques para poder llegar a todos lados, aprovechamos su amplia red de subtes, que incluye escaleras mecánicas que bajan tanto que no sabes si terminan en el andén o en el infierno, cabe señalar que una sola escalera mecánica demora 3´13” y a veces tenés que subir hasta tres más ¡increíble!
A partir de este momento se sumó otro compañero de viaje para combatir el frío, el infaltable vodka ruso.

 
 

 
 

 
 

 

Hermitage

 




Finlandia – o el comienzo de la “era del hielo”
Bueno! Basta de Rusia!, vamos a la modernidad y al progresismo escandinavo (eso sí, no es gratis).
El 1º indicio: la frontera, todo muy lindo, calefaccionado y oficiales muy amables, ¡cómo será que hasta nos avisaron que tengamos cuidado en las rutas porque no tenemos las cubiertas para el hielo! (¿Cómo que hay hielo?)
La primer noche… bien, fresca. Luego, atravesando un hermoso paisaje hacia Savonlinna, ciudad sobre un lago y el infaltable castillo de cuento. Aquí sacamos a relucir la 3ª bolsa de dormir, no tenemos más así que esperamos alcance.
Todo muy bien, pero si alguien imaginó que íbamos a zafar del invierno porque nos salteamos el de nuestro país ¡está muy equivocado! La segunda noche en Finlandia, emponchadísimos en la camita nos dimos cuenta que realmente hace frío, cada vez que sacábamos la cabeza de las cobijas se nos congelaban las orejas. La mañana siguiente cuando quisimos bajar el vidrio de la ventanilla, no podíamos hacerlo ¡todo congelado!, los vidrios ¡escarchados!, el agua ¡un cubito!, el techo dentro de la Kombi ¡también!, resulta que había hecho unos cuantos grados bajo cero durante la noche y la Gorda amaneció hecha un rolito. Para empezar (en esos días que ni vale la pena levantarse) y mientras esperábamos que se descongele la ruta, aprovechamos cambiar una rueda que estaba pinchada ¿Cuál fue el problema? el maldito criquet comprado en Coto que decidió romperse mientras sostenía a la Gorda (y eso que hace tiempo la tenemos a dieta), suerte que ya estábamos colocando la otra rueda y evitara que se venga al piso, no pasó de abolladuras y de tener que salir a buscar ayuda.
Entre medio de estos inconvenientes un viejo se le ocurrió bañarse en el lago helado como si estuviera en pleno enero en villa gesell!, gente curtida que le dicen.

 
 

 
 

 
 
Despacio y con cuidado hacia Helsinki, con parada intermedia para dormir en la ruta. Que lindos los bosques, la noche despejada, etc. etc.; a la mañana siguiente no había hielo, esta vez era nieve, todo blanco. Otra vez a esperar que se vaya un poco y arrancar para llegar a la capital.
 
 

 
 

 
 

moderna capilla

 

Para cuando arribamos en Helsinki llegamos a la conclusión de que Savonlinna fue nuestro logro, no se podía ir más al norte, así que luego de recorrer la moderna y rala ciudad nos embarcamos en un super barco con boliche y muchos borrachines hacia Estocolmo.



Suecia
Por diversos motivos (clima, costos, tiempo, etc.) habíamos decidido en esta oportunidad hacer una rápida pasada por Escandinavia. Tanto acá como en Finlandia los paisajes son soñados, pero dignos de disfrutar en otra época del año, y por si fuera poco entre las 4 y las 5 de la tarde ya es de noche a esta altura del año. Pero como de alguna manera había que volver de Rusia sin repetir lugares, elegimos la ruta Finlandia-Suecia-Dinamarca.
Al llegar a  Estocolmo la ciudad se presenta muy pintoresca, ordenadita, limpia y con un gran casco antiguo. Todo mechado con  lindos parques y canales formando islas.
El clima un poco más benévolo y hasta nos visitó el sol por unos días, pero no hay que confiarse y sigamos bajando!

 

 
 

 
 

 

Así llegamos hasta Gotemburgo, que junto con Estocolmo, refleja más vida en sus calles comparado a Finlandia.
 
 
También en Escandinavia el factor monetario es un tema importante y tuvimos que recurrir repetidamente al Tío Mac, para poder comer algo a un precio razonable y aprovechar al mismo tiempo la internet.
Disfrutando el andar le dimos hasta la frontera.



Dinamarca
Para cruzar a  Dinamarca hay dos opciones: un puente que está más al sur (o sea más km. y seguro que un jugoso peaje) y la otra es un ferry de 20 min. que también te sacuden de lo lindo. Optamos por la 2º y nos divertimos viendo como todos se tiran de cabeza al free-shop (incluido nosotros) a gastar las ultimas monedas suecas comprando un chocolatín.
Una vez en tierra danesa y antes de ir a Copenhagen, parada en el super moderno museo de Lousiana con vista al mar ¡que lujo!

vista desde el Louisiana
Entre una maraña de bicicletas llegamos a la capital ¡que quilombo!, claro acá todos andan en bici y nadie se preocupa del lugar para estacionar que nos llevo un par de horas conseguirlo.
Copenhagen es muy recomendable, con gran arquitectura, muchos canales regando la ciudad, muy activa. También tienen su “ciudad libre” llamada Cristianía que bien vale la pena visitarla y ver como convive en perfecta armonía con el resto de la ciudad.
 
 

 
 

 
 

Ya nos estamos yendo de Dinamarca, así que antes de cruzar otro charco atravesando las tierras bajas cerca del mar y larguísimos puentes, hicimos un alto en uno de los pueblos más antiguos de Dinamarca: Ribe, no quedó mucho pero está bueno.

 
 

 
 




Inglaterra
…¡Yo estoy al derecho, dado vuelta estas vos!... Diría nuestro queridísimo Luca Prodan, y lo mismo pensamos nosotros al bajar del barco en el puerto de Harwich. Pero se debe manejar por la izquierda y hay que acostumbrarse. Los primeros kilómetros te sentís como si recién manejaras, estás atento a todo. A hacer 100 km. hasta Londres.
Afortunadamente es domingo y eso hace más fácil la entrada a la capital, pero el parking es un problema, se paga en todos lados, las 24 hs. y no es barato (obvio).
Ya estacionada la Gorda en su domicilio inglés (cerca del Hyde Park) hacemos un primer reconocimiento de la ciudad. Rápidamente nos dimos cuenta que es inabarcable!!!! Lugares para visitar sobran: parques, museos, monumentos, puentes, pubs, barrios, etc. Acompañados de unos lindos días de sol para patear como loco, festejados por Patri al grito de -¡I love you sun!- y con ayuda del “tube” nos alcanzó para recorrer unos cuantos  puntos de interés, inclusive Nacho pudo ir a ver un partido del Chelsea a Stanford Bridge, que, luego de haber estado muy expectante por el futbol inglés, sigue sosteniendo que no hay como los de Argentina.
fuente de Lady Di

 

London Eye

 

 
 

 
 

 
 

estructura de Anish Kapoor
 
 

Con la misma sensación que al salir de Paris y Berlín nos fuimos de Londres, satisfechos y contentos pero quedándose con ganas de pasar más tiempo en esas ciudades y aprovechar todo lo que tienen para ofrecer.
Una buena de los ingleses es que la mayoría de sus importantes museos son gratuitos todo el día y todos los días! y pensar que hay países que incluso ni siquiera te dan el descuento de estudiante, ya que es solo para los europeos, un lindo gesto de discriminación para los estudiantes del resto del mundo que no les cuesta nada llegar hasta ahí para visitarlos.
Como estudiantes aplicados nos fuimos a Oxford, especial ciudad en las afueras de Londres, con super colegios y universidades en históricos edificios.
 
 

 

donde filmaron Harry Poter
 












Atravesando la campiña inglesa de película llegamos a Bath, ciudad donde los romanos se establecieron por sus aguas termales. Fue otro lugar con una cantidad de edificios históricos sorprendentes. Disfrutamos de salir a caminar por los campos, que son tan lindos que dan ganas de quedarte.
 
 

 
 

 ç
baños romanos



A partir de Bath teníamos que tomar la decisión de si ir hacia el norte o hacia el sur, como leyendo “Elige tu propia aventura”. Obviamente queríamos seguir hacia el norte, pero desde hace aproximadamente un mes (en Letonia) venimos arrastrando un problemita con la 4º de la caja de cambios que fue empeorando y no da para hacer tantos kilómetros más, así que hacia el sur seguimos.

Hay que destacar que las pequeñas rutas por estos lados son realmente hermosas y da gusto manejar por ellas. Lo único que no entendemos es porque les  gusta hacer tantas rotondas.

Después de una paradita en las piedrotas de Stonehnge (pensábamos que eran más grandes) llegamos a Brighton, una especie de Mar del Plata: lindos edificios y todas las atracciones costeras nos recuerdan a la Felíz.
Stonehenge
 








 
 

 
 

 
 



Para volver al continente europeo tenemos la opción del eurotunel (que es bastante saladito) o tomar un ferry; optamos por la última con previa parada en Canterbury la cual valió totalmente la pena; nos embarcamos en Ramsgate junto a todos los camioneros hacia Oostende (Bélgica).

 
 

 
 






Bélgica
En pocas horas de navegación ya estábamos en tierras belgas. Hicimos noche en Ostende y un especial desayuno por el cumple de Nacho para luego seguir hasta Brujas, lugar elegido para el festejo.
Ostende










Feliz cumple Nacho!




Para continuar en la onda de ciudades antiguas y caleidoscópicas por los reflejos en sus abundantes canales, nos fuimos hasta Gent (Gante en castellano).







Ahora si a desembarcar en Bruselas! No tan impresionante como las anteriores, pero tiene una plaza central de las mejores que hemos visto.


 
 

 
 

 
 





Desde fines de septiembre que estamos en tratativas para el retorno de la Kombi a la Argentina y ya estamos pisando diciembre  y nadie nos da una respuesta, preocupados al respecto nos fuimos hasta la portuaria Amberes. Aunque más de lo mismo, sin soluciones concretas, no nos quedó otra que esperar y cruzar unos días a Holanda.





Holanda
Uno llega con la idea de varios clichés de Holanda, entre ellos el de sus canales, país lleno de agua. La verdad que es más de lo que esperábamos ver: canales de todos los tamaños y rutas bordeándolos, con casitas en las orillas que dan ganas de quedarte a vivir. Lástima que no es temporada de tulipanes.
Parada en Dordrecht por casualidad y que nos gustó mucho; también fue el lugar donde nos terminamos de calentar con los de la naviera porque no nos responden; pero a último momento surgió un nuevo contacto ¡a cruzar los dedos!
 
 




El tema de la 4º ya es hartante, encima  no estamos en condiciones de asumir otro gasto para arreglarlo (estamos crocantes de secos!!), así que abandonamos las autopistas infestadas de camiones  porque es una gran zona portuaria, y nos movemos por las pequeñas rutas que conectan a los pueblos pasando por molinos, más canales, parada intermedia en Gouda y finalmente Amsterdam.

 
 


 

 













Amsterdam - Que decir al respecto, es una ciudad invadida por gente de todo el mundo, caminando entre sus canales, aromas dulzones de los coffe shops, vidrieras rojas vivientes, gente riéndose a carcajadas, otros engullendo comida por la calle,  otros tanto sumergidos mirando vidrieras como si estuvieran hipnotizados, miles de bicicletas, y decenas de parrillas Argentinas (¿será un currito de la Máxima?), en fin un poco cambalache pero divertida. Para completar la buena onda recibimos un mail con la noticia de que tenemos un lugar para la Gordi; nosotros contentos, ella haciendo pucherito.

 
 

 













Bélgica 2
A 50 km/h le dimos de vuelta hasta Amberes. Tenemos un día entero para acomodar todo y dejar a la Gorda linda para subirla al barco. Tiempo también para despedirnos de Bélgica en sus bares repletos de cervezas, sin dudas el país más cervecero.
 
 
En el bolichito portuario que elegimos para pasar nuestras últimas dos veladas, contamos 260 cervezas en el menú y todas belgas ¡impresionante! Nosotros elegimos las de 10% de alcohol para arriba y así después dormir como bebés.


26 de noviembre, llegó el gran día… un poco asustada entre todos los camiones la dejamos en el puerto de Amberes a la espera de que la suban al barco. Ya la empezamos a extrañar y a sentirnos tristes y nostálgicos, se acerca el fin del viaje.
Pero como teníamos un vuelo que tomar no hubo tiempo para lágrimas. Arreglamos los papeles en la oficina de Iván, persona que nos solucionó el embarque y encima nos arrimó a la estación de tren, un groso.
Tren a Bruselas y avión para pasar los últimos días en algún buen lugar a modo de despedida, cual puede ser, a ver… nos quedan pocos días, queremos comer bien, que los lugares cierren tarde para aprovechar hasta la última hora, mmmmm… Madrid.



España 3
A Madrid llegamos bien entrada la noche.
Exprimiremos los dos días que nos quedan, no es mucho para una ciudad tan grande, pero si para llevarse una buena impresión.
De acá para allá nos movimos, comiendo mariscos,  aprovechando los horarios gratuitos de los museos, cervezas, un partido de futbol, otros mariscos, un par de horitas de sueño, chocolate caliente con churros, subtes, otros mariscos en alguna barra de mercado, otro partido de futbol, una cena a las 2 de la mañana en un bar de taxistas, una pasada por algún bar de barrio para escuchar unas bandas, y así se termina.
 
 

 
 

 
 
Con tantas cosas nos olvidamos por un momento en que es el fin del viaje. Pero cuando llegamos al aeropuerto para tomar la conexión a Roma que nos llevará de vuelta a Argentina se vino toda la tristeza y el bajón de golpe. Se acabó lo que se daba ¿sentirá lo mismo la Gorda en su solitaria estadía en el puerto?
Obviamente que estamos contentos por haber llegado hasta acá, y repasando todos los recuerdos buenos y malos nos subimos al avión. Por primera vez en mucho tiempo sabemos con seguridad donde vamos a estar mañana.


Reflexiones finales
Demasiados recuerdos, mucha información, experiencias, etc. Ahora no podemos hacer un balance del viaje, creemos que irá decantando con el tiempo; pero a modo de cierre aquí van algunos datos que pueden ser interesantes (o no) para algunos.
Estadísticas:
-          Kilómetros totales recorridos: 30.826 kms (sin contar los hechos en ferrys y lo que caminamos gastando algunos pares de zapatillas).

-          Velocidad máxima: 104 km/h (en bajada, con viento a favor, los planetas alineados y un Scania polaco pegado al vidrio trasero).

-          535 horas al volante  (divididas salomónicamente entre los dos).

-          56 km/h de promedio (no se asusten! Teníamos airbag, cinturones de seguridad y un casco de la 2º guerra mundial que compramos en Bulgaria).

-          Países atravesados: 40 + 1 no reconocido (perdón a Irlanda, Gales, Escocia, Islandia, Noruega, Malta, Liechtenstein, San Marino y Chipre por no pasar, la próxima será).


También queremos agradecer a todos los que durante el viaje se acercaron a tirar buena onda; a los que lo hicieron por mail, facebook, en el blog, etc.; a los que nos brindaron alguna ayuda mecánica o de la que sea.
Gracias a los amigos, compañeros y conocidos que nos seguían y disfrutaban con nosotros.

Gracias en especial a nuestras familias que nos ayudaron reemplazándonos en el trabajo, haciéndonos los trámites, cuidándonos a Cata, mandándonos fotos, etc… a todos mil gracias.

Queremos hacer un  especial agradecimiento a dos personas que nos ayudaron con la mecánica en momentos complicados, sin ellos hubiese sido imposible haber llegado hasta donde lo hicimos: Uno es Jocca, que fue el primero que puso más o menos en condiciones a la Gorda con un espíritu de ayuda enorme para que podamos seguir.
A Dragan, simplemente no tenemos palabras, no solo que junto a su familia nos abrieron las puertas de su casa, sino que se aseguró de analizar el estado de la Kombi y arreglar hasta el último cablecito. Un mecánico de esos que crees no existe, pura dedicación para que logremos el objetivo trabajando hasta altas horas de la noche. Sin su ayuda no hubiésemos llegado tan lejos, un fenómeno.

Gracias del uno hacia el otro porque, aunque nos focalizamos en esta “luna de miel” durante 10 años, era un desafío salir a la ruta sin ningún plan, ni conocimiento de mecánica, etc., simplemente con las ganas y el entusiasmo de descubrir. Eso fue lo que hizo que nos soportáramos estos 9 meses, las 24 hs. del día, viviendo en un vehículo, con nuestros defectos, pero también virtudes. Más allá de las puteadas en diferentes idiomas, la mayoría de los momentos pasados fueron inolvidables, sin lugar a dudas, uno de los mejores años de nuestras vidas. Te amo.

Todo esto no puede terminar sin el mayor de los agradecimientos hacia vos, ¡si vos Gorda! Nadie se imaginaba que nos ibas a llevar desde las costas portuguesas hasta la fría Moscú, desde Inglaterra hasta Turquía, pero lo hiciste, devorándote las rutas europeas y derribando fronteras, nunca arrugaste y le diste para adelante con fro, calor, en dos cilindros, a dos por hora, siempre para adelante. Por eso a todos los camiones de 100.000 caballos de fuerza, a todos los super autos de miles de euros que nos tocaban bocina molestos por nuestra velocidad, y también a los que nos miraban haciendo un gesto de están locos (que fueron los menos vale aclarar), no tenemos otra que decirles que el día que lleguen a la mitad de lejos de donde viene la Gorda, recién ahí estarán en condiciones de abrir la boca, mientras tanto, como diría el Diego, ¡que la sigan ch…!

Hasta la próxima malruteada.

FIN



recuerdos
   
producción culinaria
seguimiento desde Bs.As.


30/11/2012 llegamos a Argentina
1º de diciembre, caimos de sorpresa en la casa de la mamá de Patri