jueves, 27 de septiembre de 2012

GRECIA

Otro gran trecho nos separa de nuestro próximo destino: Atenas, unos 1100 km. en 3 días, entre buenas autopistas y millones de olivares y esporádicas paradas en hermosas playas, llegamos.
“Atenas” entramos nos recibió la impresionante vista del Panteón dominando la capital griega.

Empezamos por recorrer sus ruinas, le robamos el arco a Adrian por un ratito para almorzar y disfrutamos de su rica gastronomía, donde Patri tuvo una recaída,  volvió a flaquear ante los pulpos grillados.

 


 
 El último día y luego de un suculento almuerzo entre vendedores de carne sacudiendo sus cuchillos y gritando sus ofertas, subimos a la Acrópolis. Realmente la imponencia del Panteón y la magnífica vista sobre la ciudad te sobrepasa, especialmente si es  al atardecer. Luego  bajamos hacia el pintoresco barrio de Anafiotika, entre los sonidos de las cachetadas en público que le daba un cana a un chorro que habían agarrado (todavía nos duele a nosotros).
 
 











Para la última cena y con la Acrópolis iluminada de fondo, hicimos honores a los dioses griegos clavándonos otro Platón de pulpo y otro de mejillones.

 Saciada nuestra sed de columnas rotas, mármoles viejos y pedacitos de vasijas, nos despedimos de Atenas con el zapateo de los guardias del palacio con sus calzados con pompones y camisas onda Adrian Barilari.



La única deuda no haber podido conseguir el libro de Sócrates que nos pidió el riojano.
Korinto
Patra era el lugar para embarcar hacia Venecia, pero estábamos decididos a despedirnos de la playa como corresponde; y así, luego de pasar por Corinto, fuimos recorriendo la costa del Peloponeso hasta dar con LA PLAYA. La encontramos en Derveni, una playa con un mar impecable y transparente.
 







Con la Gorda mirando que no nos ahogáramos disfrutamos del mar hasta que se empezó a acercar gente a charlarnos, ya que no hay muchos forasteros  por aquí. Entre ellos un matrimonio que nos invitó a su casa a tomar algo, aunque cuando llegamos estaba la mesa puesta con su mejor vajilla para que almorzáramos con ellos. Sopa de pescado, vino, cerveza, queso y frutas, de todo nos ofrecieron. Constantino y Georgette divinos!.
                        
Pipones fuimos por el último chapuzón y luego de despedirnos y agradecer enormemente otra vez a los anfitriones, le sacudimos por la ruta vieja bordeando el mar hasta Patra. Ahora a subir al ferri que nos llevará a Italia.
En el ferri  todas las comodidades: pileta, internet, duchas, etc. Y para la gente como nosotros que tiene camping car como le dicen acá, se puede dormir en el auto, cocinar, te dan luz, todo. Así que es como una gran rancheada de familias haciendo camping en el barco y disfrutando cada tanto de algún delfín chapoteando en el mar.
Luego de 22.000 km.  todavía estamos en  la vieja Europa, así que es muy posible que tengan más noticias nuestras.

TURQUIA

Haber llegado desde Lisboa a Moscú nos  pareció increíble; ahora había una sensación similar con alcanzar esa unión entre Europa y Asia, que es Estanbul.
Cuando llegamos a la frontera pensamos que iba a ser para largo, pero no fue así. Luego de llenar los papeles y con el clásico Maradona, Boca, esta vez se sumó Palermo! Nacho quedó shockeado.





Patri fue la afortunada para conducir a la Gorda en su entrada triunfal a Estanbul (las palabras pronunciadas por ella en esta urbe de 13 millones de habitantes no son aptas para menores de 18 años y pueden herir la sensibilidad de ciertas personas).



 

 


                                       

 

Cuando encontramos un parking entró casi atropellando a 20 turcos. Ahí Mustafa nos pidió la mano de la Gorda y con un poco de recelo se la dimos ¡a pura acelerada la estacionó!
Pasamos un par de días muy lindos en esta maravillosa y caótica ciudad. Entre los sonidos que llegan de cada rincón de la ciudad llamando a la oración, caminando por el puente donde te caen las plomadas de los pescadores en la cabeza, observando a los locos vendedores de helados, comiendo Kebabs al paso, disfrutando las noches en la Torre Galata y su música, paseos por el barrio viejo y sus bazares donde nos perdimos como turco en la neblina, y las entradas a las mezquitas donde Patri se puso a la moda cubriéndose de pies a cabeza, en fin…inagotable, además nos reencontramos con los simpáticos franceses que conocimos en Macedonia.



Ahora si nos despedimos mirando el estrecho del Bósforo hacia Asia y soñando con algún día rumbear hacia esos lares.
Salimos por las excelentes autopistas turcas gracias al pase que le habíamos comprado a un personaje que los vendía en el medio de la ruta; el precio? discutible.

BULGARIA

Por los antecedentes esperábamos un áspero paso de frontera, pero tampoco para tanto!. Luego de pasar el perrito y que un amable oficial nos diga –esta todo ok!- llegamos al mala leche de aduana, que rápidamente nos dijo que esperáramos a un lado. Al rato dos oficiales nos piden que movamos a la Gorda a un parking para escanearla (pobre! Ella temblaba, nunca la habían radiografiado en frente de todos). No contentos con ello vuelve el hdp de aduana, abrió un galpón y nos mandó a entrar. Hay que reconocer que uno empieza a ponerse un poco  nervioso cuando en un país extranjero te meten en un galpón sin que nadie se entere a desarmarte el auto, todo este suceso al lado de un auto albanés abierto como por un abre lata. La Gorda se sintió totalmente ultrajada! Todo abajo, tuvimos que abrir el techo, golpeaban los paneles buscando el doble fondo, hasta empezó a desarmar la instalación del tubo de gas!  juraba que había algo dentro!, inclusive el muy estúpido olfateo el talco que había en el piso de la Kombi ¡se habrá creído  que éramos Scarface! Por suerte no se le ocurrió olerle las patas Nacho!. Luego de varias horas desistió y nos dejó ir. Desde aquí  nuestro más sincero saludo a la policía búlgara y la re mil…
Cansados del abuso policial y por una ruta montañosa llegamos a Sofía, la capital. No sabíamos mucho que esperar y fue lo que más nos gusto de Bulgaria, diferente al resto de las ciudades del Este, un poco más moderna, amplia, no todo tan concentrado, y con sus resabios sovieticos por supuesto.


Iglesia Memorial deAleksander Nevski


 

Luego, como unos viejos búlgaros nos fuimos a Hisar para unos baños de aguas minerales en un hotel del PAMI, de donde salimos hechos unos trapitos.
Última parada Sozopol, sobre la costa del Mar Negro, ciudad vieja con  construcciones de piedra y madera.

hablando con mamáaaaaaaa



Skopje, Macedonia

La segunda entrada a Macedonia fue para ir a la capital. Hay un montón de monumentos por ver y dentro de poco habrá muchos más; es llamativo la cantidad de estatuas esparcidas pordoquier, viejas y nuevas (según el playero de una estación de servicio están lavando guita), además podes visitar la casa de la Madre Teresa, el barrio musulmán, todo bajo la atenta mirada de Alejandro Magno y el mini locateli con su perro que nos entretuvo la tarde.





KOSOVO

A qué van a Kosovo? Nos preguntan ¿por qué no? Respondemos, Vamos a ver qué hay. Qué nos encontramos? Un país muy pobre, el más pobre de Europa que vimos (salvo algunos ricachones que trabajan para las Naciones Unidas), un país en obra con polvillo en el aire, gente que nos mira sorprendida  como diciendo ¿a qué vienen acá? Nunca nos sentimos tan extranjeros.
 
 


La Biblioteca Nacional

MACEDONIA

La meta: el gran lago de Ohrid y la ciudad vieja. Días de camping y de baños en las cristalinas aguas en compañía de la simpática familia de franceses que tuvimos el gusto de conocer allí: Eric, Corine y sus hijos Tom y Arthur. Ellos recién empiezan su viaje de 1 año hacia Asia; excelentes personas; si quieren pueden ver su página: http://letourdulacen365jours.over-blog.com/
 


 










Vale la pena comentar que una de las noches, en algún bar a lo lejos se escuchaba a todo volumen las canciones de la 12!! No se puede creer!!
Antes de seguir viaje recorrimos la ciudad de Ohrid donde conocimos a Zoran, un macedonio enamorado de la “Argentina”. Al enterarse de nuestro origen argento nos invitó a tomar algo en su negocio de souvenirs, nos contó su historia, de su país y de su admiración por Alejandro Magno, los problemas con Grecia y por si fuera poco nos hizo un regalo; otra gran persona que nos hizo sentir como en casa.
Nosotros con Natasha y Zoran