Mientras esperábamos que llegue la Gorda, decidimos empezar nuestro viaje por Italia (en realidad porque era el más barato que conseguimos).
Arrancamos por Roma que le pegamos una buena recorrida, que mas decir que la ciudad en si misma es un museo a cielo abierto. Patri se sintió como en casa, tanto que en un bar pidió una factura con dulce de leche!
Lo primero que visitamos fue el Coliseo, al verlo caímos en la cuenta de que estábamos en Europa ¡que emoción! Luego visitamos el Foro Romano, el Palatino, Piazza Venezia, Piazza del Campidoglio, el Vaticano, la Galería Nacional de Arte Moderno, basílicas, chiesas, obviamente la Fontana di Trevi, un montón.
Para salir a la noche nos pareció un buen lugar el barrio de Trastevere.
Próxima estación: Florencia.
Para movernos optamos por la más económica, el tren ordinario regional; la única contra es que tuvimos que hacer trasbordos, pero no importa tenemos tiempo. Que nos pareció Florencia? Bellisimo mama!! Visitamos el Duomo, el Baptisterio, la galería Uffizi, la galería de la Academia, el Ponte Vecchio, el Campanario con su linda vista de los techos rojos florentinos que te dejan aturdido (especialmente cuando te tocan la campana en la oreja). Un tip a lo revista Cosmopolitan! Llevate el desayuno a los jardines del Palacio del Piti (que no es el de Viejas Locas) y disfruta del verde!
Jardines de Boboli
Todo muy lindo pero nos rompieron el ocote con el cambio, el gobierno italiano te saca el 20 ℅ en la venta de dólares!!
Nueva parada Santa Lucia, Venezia.
Qué lindo tratar de encontrar el hotel con todos los bultos a cuestas en este laberinto! Si alguien se pregunta si paseamos en góndola? No… no anduvimos en góndola, pero nos movimos en vaporettos después de haber visto varios Tintorettos y escuchar a Raul Porchetto! Además visitamos muchas de sus iglesias, el museo Guggenhein (que fue como un respiro ver un poco de arte moderno), el Palacio Ducale; también tuvimos nuestros días de islas en Murano y Burano. Luego para escapar un rato de la muchedumbre de la Piazza San Marco sumamos unos buenos recorridos nocturnos por Dorsoduro y San Polo.
Alora ragazzi, Verona!!
Esperamos poco y nos lleno mucho; es una tranquila y muy linda ciudad para caminar y almorzar a orillas del río.
Visitamos nuestro primer castillo europeo del viaje; y para relajarnos paramos a tomar unos Spritz! Resumiendo, compramos el Verona Pass que lo aprovechamos hasta para subir al bondi.
En cambio con Milán nos paso lo contrario, esperábamos más, pero esto no quita que es una ciudad hermosa. Para variar vimos un par mas de Leonardos, Miguel Angels y el resto de las tortugas ninjas.
No nos deslumbró tanto la ciudad a excepción del Duomo, la Ultima Cena, el Cristo Morto de A. Mantegna y nuestras noches de picadas en el balcón mirando la no tan fashion Milán.
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