Para volver a Ucrania teníamos que tomar un barco y cruzar hacia la península de Crimea. La frontera un poco caótica, nadie te explica nada y es poca la gente que habla inglés en estos países. Junto a los delfines que acompañan al barco llegamos.
Ahí la Gorda acusó recibo del constante traqueteo ruso y se quedó, culpa de un falso contacto en el swicht de gas a nafta. Finalmente lo solucionamos junto al gigantón del mecánico quien opinaba que debíamos poner repuestos rusos porque son mejores.
Para apalear el calor agobiante que nos persigue, disfrutamos de la playa y nadamos entre medusas.
También acá tuvimos otro repentino y divertido encuentro con la gente del Club VW de Ucrania (http://www.vw-bus.org.ua)
Cerca de 120 km. de tierra y ripio, campos enormes y ciudades con monoblocks fueron necesarios atravesar para llegar a Odessa. La Gorda quedó con tierra hasta en las orejas pobre!
En Odessa conocimos a Egor y Sveta, que gentilmente se ofrecieron a mostrarnos la ciudad y luego nos invitaron a su casa donde, entre mate, te, guiso, pescado seco y música, nos quedamos hasta avanzada la noche. Fueron otras de las excelentes personas que conocimos y nos ofrecieron su ayuda y casa.
Con Egor y Sveta |
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